viernes, 23 de noviembre de 2007

Literatura

¿METAMORFOSIS O DESEMPLEO?




Por Oscar Perlado Rodríguez
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shagyetc@hotmail.com







Hace poco reviví un suceso lamentable en mi vida cuando mi madre me preguntó si me iba a servir de algo para el futuro publicar un blog en internet. Yo le contesté de mal ánimo que yo no hacía las cosas para obtener algún beneficio de ellas, sino porque simplemente me nacía hacerlas. Entonces recordé cuando mi papá estuvo desempleado algunos años y nuestro único ingreso estable era el alquiler de nuestra primera casa, de la cual justamente nos fuimos porque ya habíamos entrado en crisis. El hecho lamentable al que hacía referencia devino luego de que mi padre se hartara de tantos reproches y malos tratos por parte de nosotros, sobre todo de mi hermano mayor.

Aún recuerdo a mi papá saliendo a la calle con nuestro televisor, supuestamente con la intención de tirarlo, porque a mi hermano se le había ocurrido negarle un pan para su lonche. Luego mi padre volvió con el artefacto, por lo que pensamos que había desistido de su idea tan descabellada. Sin embargo inmediatamente después que lo hizo se dirigió a uno de nuestros cuartos y empezó a desbaratar la cama de madera de mi hermano, tirando los palos por aquí y por allá. El escenario era desolador… Y el que se suponía debía poner el orden en esos momentos (que no era mi madre, porque ella sólo vociferaba y probablemente estaba paralizada) embarró peor las cosas, pues se puso a retarlo como si estuviera ante el peor de sus enemigos.. Estaban a punto de agarrase a golpes, cuando, mirando la cara de mis hermanos menores llena de angustia, temor e impotencia, decidí intervenir en el pleito. Tuve que hacer callar a mi hermano mayor, y luego me acerqué a mi papá y le pedí que se calmara. Gracias a Dios me hizo caso. Para ese momento seguramente ya había tomado conciencia de su proceder, aunque aún se notaba desesperado. Salimos del lugar como si nos hubiéramos propuesto ir a otro, a pesar de que no teníamos pensado ir a ninguno. Entonces el comenzó a darme razones sin que yo se las pidiese. Pero lo que en verdad me partió el alma fue escuchar cómo se le quebraba la voz y empezó a llorar como un niño. Nunca había visto llorar a mi viejo… y a la vez, nunca lo había notado tan parecido a mí…

Así como Gregorio Samsa se despertó un día convertido en insecto, mi padre se levantó como un terrible desempleado. Al igual que Gregorio, además mi viejo trabajó la mayor parte de su vida por su familia. Tal vez hubiera querido dedicarse a otra cosa; una vez me dijo que estaba entre ser futbolista o cantante. Como todos, tenía sueños y aspiraciones que llenaban su espíritu, pero lo sacrificó todo por cubrir nuestras necesidades y ver cómo nos convertíamos en “algo mejor de lo que él pudo ser”.

En La Metamorfosis creo que Franz Kafka simboliza con un insecto a aquellas personas que por una u otra razón, no logran insertarse al sistema, al orden de cosas impuesto por una sociedad materialista, donde quien no tiene empleo o no tiene dinero es alguien despreciable o extraño ante los ojos de los que más bien son esclavos de lo que hacen y carecen de espíritu. Esta concepción cobra vigencia en esta era que nos ha tocado vivir, la de la globalización, donde el progreso es más importante que la persona misma, donde se necesita más competitividad que gente pensante. La ciencia ha relegado a su madre, la filosofía; y las encuestas, a la Opinión Pública. Quien no puede ser una persona exitosa es un ladrón o un don nadie.

Si no despertamos pronto de este largo sueño, nosotros seremos los próximos Gregorios Samsa muertos por su propia familia. Nuestros padres o hijos nos verán como bichos raros cada vez que fracasemos. Nos arrojarán manzanas de indeferencia hasta matarnos. Recordemos que lo que nos diferencia de los animales no son el automatismo ni los instintos, sino el pensamiento, lo subjetivo. Si no le devolvemos el lugar que tenía, pronto nos veremos matándonos entre nosotros y todo seguirá siendo un cambalache (“Todo es igual; nada es mejor. Lo mismo un burro que un gran profesor… ¡Los inmorales nos han aplazado!…) y reinarán por siempre los intereses personales y el dinero.

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