martes, 22 de enero de 2008

Editorial

EDITORIAL






El tema más importante puesto en la agenda pública por los medios en las últimas semanas fue el del fallo del Tribunal Constitucional (TC) con respecto a la aprobación de un referéndum como solución al reclamo de los fonavistas. Lo que llama la atención es saber que dicha discusión no tenía pies ni cabeza, ya que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) jamás debió pronunciarse acerca de la resolución del TC. Sólo a éste le concernía decir si el FONAVI fue un tributo o un fondo social (como en nuestra opinión lo es). El JNE no tenía por qué interpretar ni refutar el mandato del TC. Así que el presidente Alan García nos tomó el pelo cuando salió a decir que no podía interponerse entre dos instituciones autónomas que sientan las bases de nuestra democracia, puesto que en su condición de mandatario, no debió tomar en cuenta el pronunciamiento del JNE; tan solo respaldar la decisión del TC.

Si el dictado del TC es o no acertado, es otro asunto, por cierto bajo ningún criterio discutible. No hay que ser muy incisivos para darse cuenta que el FONAVI no es un tributo sino un fondo común. Dar una parte de nuestros ingresos con la promesa de constituir un capital que posteriormente permita hacer realidad el sueño de la casa propia no es lo mismo que pagar un impuesto, que el gobierno resta a nuestro sueldo y que ya no volvemos a ver. En el primer caso, los aportantes tienen el derecho de administrar a posteriori dicho fondo; en el segundo, el dinero nos lo cobra el estado, que sabrá qué hacer con aquél, siempre en beneficio de la población (pero no es éste el caso). Por ello, lo que diga el ministro de economía Luis carranza a este respecto, nos debe tener sin cuidado: si quiere mantener su criterio de austeridad que lo haga con el dinero del gobierno y no con el de los fonavistas, que trabajaron tanto para ahorrarlo.

Otro tema que se trajo a colación a causa de este tema fue la propuesta de volver a la Constitución Política de 1979. Por todo lo que hemos dicho se concluye que esta consecuencia no tiene tampoco sentido alguno. Y esto no tiene nada que ver con que sea o no favorable retomar la Carta Magna del 79, sino que simplemente no hay justificación para tocar el tema. Es absurdo, además, lo que propone Javier Velásquez Quesquén acerca de delimitar las competencias del TC, puesto que éste no ha cometido ningún exceso. No es del TC de quien debemos cuidarnos. Recordemos que su presencia es necesaria en un gobierno democrático, ya que revisa los Proyectos de Ley y Decretos de Urgencia provenientes del Congreso y del Ejecutivo para constatar su constitucionalidad; que estén de acuerdo a ley y no pretendan subyugar una democracia a una dictadura. Basta con recordar lo que hizo Alberto Fujimori con el Congreso, a fin de perpetuarse en el poder y legitimar su gobierno corrupto.

Por todo esto, consideramos que el partido oficialista no es el más apropiado para pronunciarse sobre este último tema. A nadie le importa las discrepancias que haya en su interior (por un lado Alan García dice que no planea retornar a la Constitución de 1979; del otro, Mauricio Mulder afirma que fue una promesa electoral que su partido piensa llevar acabo sí o sí). Poco o nada nos interesa la opinión de los representantes del APRA, dada la razón que quien dirige este país es el presidente (que supuestamente vela por nuestros intereses y no por los del su partido). Nos tiene sin cuidado la opinión de los apristas pues no es de ellos este país. Les convendría más no hacer evidente su prepotencia y dejar de matarse entre ellos por egoísmos e intereses encontrados.





G. P.

Humor





Por Pablo Lazo Valverde
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cavaliny@hotmail.com




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Catarsis

MI PROBLEMA CON LOS POETAS




Por Abel Peralta Quiroz
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mr.ritchmond@hotmail.com



Llamo a Óscar el domingo por la noche, para saludarlo por el nuevo año. Me responde con la voz rebosante de seguridad que no tiene cuando conversas con él en persona. Nos agradecemos mutuamente la amistad, nos deseamos (quiera Dios esta vez sí) doce meses de éxitos, nos halagamos el uno al otro, me comprometo a ayudarlo a mi regreso en un proyecto literario que está por sacar a bailar; olvido que estoy usando de prestado el teléfono de Noelia que ya me mira un tanto ofuscada, aunque cuando se trata de un amigo como él uno no debe escatimar en tiempo ni dinero. Al final de nuestra conversación me invita a "Prima Fermata", un recital de poesía, para el viernes 30 en el café-bar D´GROT, donde recitará Vanessa, amiga de ambos. Trato de hacerle ver que tal vez es un grave error invitarme a dicha reunión, entre muchas otras razones porque ya estoy retirado del mundo de los versos (si algún día estuve dentro de él) y en las actuales circunstancias ni siquiera me provoca intentarlo. Me responde que de todas maneras espera que los acompañe esa noche “aunque ahora estés haciendo prosa”.

- Y bueno… si es que acaso lo mío puede calificar como prosa – respondo antes de colgar.
Dos días más tarde recibo la invitación formal de Vanessa. Estoy a la vez feliz y confundido, aunque considero que es una buena oportunidad para volver a verla; le prometo estar ahí el viernes 30, aunque aún no estoy muy seguro de que será así. Recuerdo que la conocí hace poco más de dos años en un grupo de investigación al que más tarde renuncié como a tantos lugares y personas en mi vida. Entonces no supe más de ella por muchísimo tiempo. Meses más tarde, que por casualidad coincidimos, le mostré los avances de un caótico proyecto poético al que le estaba dedicando ya casi un año de mi confusa vida. Pero entonces ella fue muy cruel conmigo:
- ¿A esto llamas poesía?
Es probable que aquella negra experiencia haya acelerado mi prematuro alejamiento de los versos; el tiempo me tiró por un camino distinto, aunque igual de noble. Pero nunca más (hasta el sol de hoy) le volví a mostrar alguno de mis escritos.
En otra ocasión que volvimos a coincidir, me contó que estaba trabajando en una investigación (olvidé mencionar que Vanessa es una aplicada estudiante de psicología) sobre ludopatía; con la herida aún abierta y sangrando profusamente como aquel lejano día, me dispuse delirarla impunemente:





- Yo quiero ser parte de tu muestra. Mira que soy un ludópata crónico.
- No.
- Es en serio; déjame ser tu objeto de investigación.
- No; tú eres distinto.
- ¡Soy un maldito adicto al play station!
La verdad es que no mentía, pero ella me quería bien y trató de dejarlo todo ahí, sin embargo me puse tan denso que se vio obligada a zanjar, de una vez por todas, el asunto: - ¡Para la mano con eso!- Y se fue enojada.
Últimamente me estuvo enviando algunos poemas de su prolífica producción para que le diera mi opinión al respecto. Empantanado en mi caótica existencia, ni siquiera me tomé la molestia de leerlos, limitándome a responder en un escueto e-mail lo que tal vez ella esperaba que yo dijera:
- Están realmente buenos.

A pesar de todo ello, somos amigos.
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La tarde del viernes transcurro envuelto entre los nubarrones del sueño, reponiéndome del agotador viaje la madrugada anterior. Despierto, promediando las seis de la tarde, sobresaltado por la sirena de la fábrica de enfrente, que anuncia el fin de la jornada laboral. Estoy con el tiempo en contra, pero tengo muchas ganas de ir al recital, así que tomo la línea 115 con dirección a la Plaza San Martín. Llego más temprano de lo que acostumbro cuando tengo comprometida mi presencia con alguien, es decir, con sólo media hora de retraso.



En una de las mesas del fondo está Vanessa, junto con Óscar y Omar; también su madre y hermana. Me alivia que estas dos últimas estén ahí. “Por lo menos ya somos tres que no sabemos un carajo de poesía”, pienso. El recital es tedioso y aburrido, Vanessa ya ha recitado y me reprocha la tardanza; no sabe lo bien que me siento por haberme perdido la tercera parte del recital: los poetas de mi generación me parecen todos iguales.



En la mesa el grupo lee y comenta poesía, ajeno a la participación del resto del cartel. Alguien desde la mesa contigua nos conmina a callarnos pero no hacemos caso. El turno en la mesa central es de Eduardo Reyme que recita:

“Tú no sabes perdonar, viejo Horacio,
porque eres el espejo que olvidaron los astros,
porque Dios coló lagrimas de nácar
justamente el día en el que parieron tu estrella muerta y
también —seguramente— porque en las grietas de tus uñas
yace el cansancio de los años, y
porque sabrás mucho de todo, Horacio,
pero casi nada de amor.”

Me aburre rotundamente Eduardo Reyme. El grupo bebe cerveza en jarra. No me gusta la cerveza… No hoy. Pido para mí una Coca-Cola con hielo, olvidando que hace justamente un año me encontraba en Caracas, participando de una campaña social contra dicha compañía. O quizá lo recuerdo muy bien pero me da igual, total el hombre es contradictorio; soy, además de ludópata, un adicto a los refrescos gasificados y no puedo evitarlo. No quiero evitarlo: a fin de cuentas, todas las empresas son la misma mierda.

La reunión continúa en nuestra mesa; se intercambian escritos y halagos. Reviso sin mayor interés los que me caen a la mano y otorgo halagos al por mayor, sin saber a quienes ni por qué. Vanessa revisa el viejo cuaderno donde he recopilado los artículos que publiqué por casi cuatro años en Buenos Aires, y que he titulado como siempre (porque desde entonces no se me ocurre un buen título para nada): “Nihilismo”. Ahora a Vanessa ya no le parecen tan malos aquellos escritos... “lo tuyo es bastante atractivo”-dice lisonjera. Pero no le creo un carajo. El recital termina; nuestra anfitriona nos despide con la promesa de volver a juntarnos pronto. Definitivamente no fue buena idea venir. Hoy siento un absoluto desprecio por la poesía. Necesito aire y un poco de realidad. De maldito realismo.

Cruzo la plaza San Martín y sigo solo por el Jirón Quilca. En la puerta del bar Queirolo me encuentro con David y Daniel, dos parias ex compañeros de clase, con los que comparto una experiencia común: los tres hemos desertado en algún momento de las aulas universitarias. Están sentados en la berma, viendo transcurrir el mundo. David me tiende una lata de Heineken que acepto. En el mundo de las cosas reales, la cerveza no sabe tan mal. Un anciano ebrio se acerca dando tumbos, canturreando feliz. Nos unimos a su indescifrable algarabía e improvisamos un cuarteto desafinado que entona "Río Verde" de Los Iracundos. Observo detenidamente a ese viejo genial, sin escuchar lo que ahora están diciendo mis amigos; definitivamente, si yo fuese un poeta, vería en él a Horacio, el viejo que es el espejo que olvidaron los astros porque Dios coló lágrimas de nácar justamente el día en el que parieron su estrella muerta…
"CRONICAS CRONICAS"-LIMA 2008






Literatura

POESÍA EN EL TANGO
(1ra. Parte)






Por Oscar Perlado Rodríguez
Comentarios: shagyetc@hotmail.com






A mi modo de ver en el área musical, estamos asistiendo a lo que he convenido en llamar la “Época del cover”. Seguramente esta afirmación me acarreará muchos detractores, sin embargo confío en que por lo menos la idea general no se podrá refutar. Mi tesis es que la música ha devenido en una parodia de sí misma. Luego de que el sintetizador desplazara a las orquestas y que los cantantes hayan optado por rescatar temas del pasado no se sabe si por impotencia o por un sincero culto a lo verdaderamente artístico; tenemos que resignarnos al parecer, a escuchar a una Shakira con voz nasal debido a su pésima impostación vocal y a una orquestación electrónico-imaginaria que deja de lado la especialización de los músicos en cada instrumento. Lo que realmente llama la atención es que los jóvenes oyentes nunca son informados sobre quién es el verdadero autor de los temas que escucha, viviendo de este modo en la ilusión de que su cantante favorito es alguien fuera de lo normal, cuando en realidad es un ser castrado en su creatividad y vetado para hacer algo mínimamente elaborado.

No pienso extenderme más al respecto. A lo que iba con mi rodeo es a que lo que debería hacer la música actual no es plagiar la calidad ni apoderarse de los méritos de sus antecesores, sino más bien, aprender de ellos, es decir, no robarles una canción, sino aprender a hacer una. ¿Y cómo lo lograrían? Pues dando un vistazo retrospectivo a la concepción anterior que se tenía de la música y a la técnica que se utilizaba para llegar a tales niveles cualitativos.

Espero con esto haber aclarado el punto. Volviendo al tema en sí de la poesía en el tango, no es algo descabellado proponerlo en cuanto no todo lo que se escribe en nombre de la poesía lo es en verdad. Tal vez muchos contemporáneos míos no lo sepan pero, quienes hacían los letras de los tangos no eran simples letristas sino poetas en todo el sentido de la palabra (búsquense los nombres de Alfredo Le Pera, Enrique Santos Discépolo y Celedonio Esteban Flores). Había una orquesta con su respectivo director, uno o más cantantes (que conocían por cierto la palabra “técnica vocal, al igual que sus colegas los operistas) y un infaltable poeta. Los aportes del grupo hacia sí mismo eran autónomos y revalidados por todo el conjunto. Indefectiblemente el resultado de esta suma de libre creación con solvente talento, sólo podía destellar calidad y resaltar por su pulcritud.

“El tango está lleno de pesimismo”, dicen algunos.”El tango es serio”, dicen otros. En los ejemplos que daré podremos dilucidar un poco de lo primero y otro poco de lo segundo, pero a la vez, mucho más. Obviamente hay pocos tangos que puedan hacer de poemas, así como hay muchos poemas que distan mucho de ser poesía. Tal vez la comparación viene al caso luego de ver con tristeza la insuficiencia tanto las letras de las canciones de hoy como en los versos de la última poesía. Parece que copiar lo ya ha hecho seguirá siendo una tendencia hasta que por fin empecemos a desarrollar nuestra sensibilidad y dejemos de rehuirle a la dificultad que va de la mano con todo compromiso artístico.


Adiós muchachos

C. Vodani y J. Sanders

Es Dios juez supremo, no hay quién se le resista,
ya estoy acostumbrado su ley a respetar,
pues mi vida deshizo con sus mandatos
al llevarse a mi madre y a mi novia también.


Los dados eternos

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomadote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
Tú no tienes Marías que se van!

Para el poeta el desenlace de los hechos en la vida es un fallo de un juez llamado Dios, que no toma en cuenta para nada la opinión de los juzgados: nosotros.

Tal es el resentimiento del autor que se permite ser sarcástico con el mismo Dios. Primero afirma que está acostumbrado su ley a respetar para inmediatamente después inculparlo de deshacer su vida al llevarse a su viejita y a su novia también.

Si contraponemos esta dos estrofas (la primera de la canción y la segunda del poema de César Vallejo) parecen nacer de un anécdota común: la pérdida de los dos seres más importantes en la vida de un hombre: su madre y su amor.

Es totalmente loable la comparación que logra el autor con los versos de un poeta de la altura de Vallejo, la carga emotiva y la sensibilidad que refleja ante la misma experiencia… No tengo más que añadir.


Madreselvas

De: Luis C. Amador y Francisco Canaro

Así aprendí
que hay que fingir
para vivir
decentemente.
Que amor y fe
mentiras son
y del dolor
se ríe la gente.

Mala Sangre

¿A quién me alquilo?¿Qué bestia hay que adorar? ¿Qué santa imagen atacamos?¿Qué corazones romperé? ¿Qué falsedad debo mantener? ¿Sobre qué sangre caminar?

Arthur Rimbaud


No es sólo pesimismo lo que expresan estos versos, es también una denuncia subrepticia que delata a un mundo carente de valores, una sociedad en decadencia moral, seguramente la que vivimos todos los días en cualquier época. Sólo la sensibilidad de los poetas es capaz de hacer suya la voz de toda una generación. Quien lee un poema, escucha la protesta de un pueblo que quiere ser mejor.

Llama la atención lo equivalentes que son los versos de este poeta y los de Arthur Rimbaud: “Que fe mentira es”: “¿Qué santa imagen atacamos?”. “Que amor mentira es”: “¿Qué corazones romperé?”. “Así aprendí que hay que fingir para vivir decentemente”: “¿Qué falsedad debo mantener?”. “Del dolor se ríe la gante”: “¿Sobre qué sangre caminar?”


Silencio *
(Tango canción)

De: Alfredo Le Pera , Carlos Gardel y Pettorosi

El músculo duerme… la ambición trabaja…
Un clarín se oye… Peligra la patria…
Y al grito de guerra los hombres se matan
cubriendo de sangre los campos de Francia.

La primera oración (“El músculo duerme…”) no cobra sentido sino hasta que se contrasta con la siguiente (“la ambición trabaja…”) .El autor alude sin proponérselo, a lo poco visible pero corrosivas que son las ambiciones e intereses egoístas, que al final son las que dan pie al conflicto entre dos o más personas, al punto de causar muerte y destrucción. Palabras más abajo la canción dice:

Un coro lejano de madres que cantan
mecen en sus cunas nuevas esperanzas
silencio en la noche …Silencio en las almas.

Muy poéticamente el autor tarta de influenciar en el ánimo del lector, dándole una idea contraria a la precedente con el fin de ejemplizar y poner una cuota
de optimismo para el futuro. La ambición descansa, advierte, pero en las cunas se mecen nuevas esperanzas. En otras palabras: podemos cambiar las cosas en lo posterior; sólo hay que seguir teniendo espíritu.

(*) Hay que anotar que esta canción nació luego de que Carlos Gardel y Pettorosi visitaran un cementerio durante su estadía en Francia y encontraran juntas las tumbas de cinco hermanos muertos, como consecuencia de la segunda guerra mundial.

Actualidad

POR LA RAZÓN, NO POR LA FUERZA





Por Martín Barrera Tello
Comentarios:
marbarrera@gmail.com





Que el Perú presente a la Corte Internacional de Justicia de la Haya una demanda para definir su delimitación marítima con Chile hace notar que ambas partes nunca solucionaron esta secuela de la Guerra del Pacífico. Según el gobierno del país del sur, el tema se resolvió en 1952 y 1954 cuando ambos países suscribieron convenios de pesca, en los que se especificaban claramente las fronteras marítimas. Con este argumento, negó toda posibilidad de diálogo e incluso, como una forma de consolidar su posición, pretendió crear la región Arica-Parinacota, tomando como referencia el hito Nº 1, en setiembre de 2006.
Pese a que se descartó la creación de la nueva región chilena el 29 de enero de 2007, tras una serie de conversaciones entre los jefes de Estado Michelle Bachelet y Alan García, Chile continúa ejerciendo su soberanía en el espacio marítimo reclamado por Perú, y arremete con su fuerza armada a todos los buques pesqueros peruanos que cruzan el paralelo mencionado en los tratados de pesca.


Al no existir ningún tratado específico de delimitación marítima, el Perú ha buscado incluir este punto en la agenda bilateral desde 1986 hasta la fecha sin éxito. Mientras tanto, de acuerdo a lo impuesto por Chile, Camaná solo contaría con 100 millas de mar territorial; Mollendo, con 80 millas; Ilo, con 40 millas; Sama, con 20 millas; y Tacna no tendría mar, pues tendría cero millas en el punto de la Concordia.



Ante esta situación, en los últimos años el gobierno peruano planteó como solución más imparcial trazar una línea bisectriz entre el paralelo defendido por Chile y la línea límite de las 200 millas del Mar de Grau para repartir los 67,139.4 kilómetros cuadrados del área del diferendo. Esta salida, como todas las anteriores, tampoco fue recibida de buena manera por las autoridades chilenas que una vez más se opusieron al diálogo e incluso mostraron despreocupación ante el anuncio de una futura demanda en su contra ante La Haya.



Sin embargo, ya con el texto presentado por Allan Wagner ante la Corte, la actitud indiferente de la clase política chilena tuvo un giro de 180º. El vocero oficial del vecino país calificó el acto como “inamistoso” y el senador Sergio Romero, aseguró que “la demanda peruana marca un antes y un después”, pues "no cabe la menor duda que estamos frente al mayor desafío que nunca antes, en los últimos 100 años, ha enfrentado Chile en temas de fronteras".



El diputado Jorge Tarud tampoco se dejó esperar y manifestó que "sería bueno que el Gobierno (de Chile) enviara una nota de protesta contundente por la violación al derecho internacional que está llevando a cabo el Perú", y aseguró que la intención peruana es "hacer saber a América Latina y el mundo que aquí hay un conflicto. Pero en realidad, es una campaña mediática para desinformar a la comunidad internacional”.



Lo cierto es que el texto presentado por el Gobierno del Perú es parte de un proceso normal entre dos países democráticos que acuden al derecho internacional para dirimir diferencias. Además, el contenido de la carta solo se limita a contextualizar el asunto y presentar una solución, tal como se puede apreciar en algunos párrafos del documento:



“Desde los años ochenta, el Perú ha intentado consistentemente negociar las diversas cuestiones incluidas en esta controversia, pero ha encontrado la constante negativa chilena a entrar en negociaciones. Mediante Nota de su Ministro de Relaciones Exteriores del 10 de septiembre del 2004, Chile cerró firmemente la puerta a cualquier negociación”.



“De conformidad con el derecho internacional, tanto el Perú como Chile tienen derecho a un dominio marítimo adyacente como prolongación de sus respectivos territorios terrestres hasta una distancia de 200 millas marinas desde sus líneas de base. A consecuencia de ello y dada la configuración geográfica de la costa, sus derechos se superponen. Como quiera que ningún acuerdo ha sido alcanzado por las Partes respecto a la delimitación de sus respectivas zonas marítimas y en ausencia de circunstancias especiales que cuestionen la aplicación de la línea equidistante, es la línea equidistante la que permite arribar a un resultado equitativo. El límite marítimo entre las Partes deberá ser determinado en tal sentido”.



“En contraste, una línea divisoria a lo largo de un paralelo que comience en la costa, conforme a la pretensión chilena, no cumple el requisito fundamental de arribar a un resultado equitativo y tampoco surge de acuerdo alguno entre las Partes”.



Y será entre ambas partes que se resolverá este litigio, ya que en esta instancia al gobierno de Chile no le queda otra salida más que presentar sus argumentos para ser analizados por la Corte de La Haya a fin de dar una solución definitiva que ambas partes han de cumplir “por la razón o la fuerza”, como sugiere la célebre frase del escudo nacional del país sureño.

Esoterismo



CURSO DE SABIDURÍA DE LA ESENCIA








Por Fabrizio Davelouis Valega
Comentarios a:
vmshiva@hotmail.com










Clase 1. La Sabiduría de la Esencia

La sabiduría de la Esencia es más antigua que el ser humano y más grande que el universo, porque contiene en sí toda la sabiduría de todas las culturas del universo.

La sabiduría de las culturas ancestrales de los pueblos tiene en su esencia los mismos principios (tanto éticos como filosóficos, artísticos, científicos, medicinales, etc.), que si bien es cierto pueden variar en la forma, debido al contexto, en cuanto a su contenido no cambian. Este es el principal indicador de la vigencia de estos principios en la cultura, ya que cuando se pierden o se distorsionan y sólo queda la forma, es señal de que la cultura en que se desarrollo esta empezando a degenerarse e inevitablemente colapsará.

Estos principios clave estuvieron presentes en todas las culturas Helenísticas orientales, incluyendo Persia, Mesopotamia, Siria, India, Palestina, Egipto, etc., y también en los cultos religiosos de los Nahuas, Toltecas, Zapotecas, Mayas, Chibchas, Inkas, Tiawanacos, etc. de Indo-América.

Como podemos empezar a comprender la esencia de las culturas ancestrales estuvo en la Sabiduría de la Esencia, y cuando esta se perdió las culturas fueron susceptibles al colapso.

En los Evangelios Esenios de Juan, los cuales recién ahora están haciéndose de conocimiento público, los gentiles (los externos) le preguntaron a Jesús: “¿Maestro, cuáles son las leyes de la vida?” y Jesús respondió (sentado en medio de ellos): "En verdad os digo, nadie podrá ser feliz excepto aquel que siga la Ley (La ley del Karma)", y los otros contestaron: "Todos cumplimos las leyes de Moisés, nuestro legislador, tal como están escritas en las Sagradas Escrituras" y Jesús les contestó: "No busquéis la Ley en nuestras escrituras, porque la Ley es divina mientras que las escrituras son muerte. En verdad os digo que Moisés no recibió las Leyes de Dios escritas pero sí de palabra viva. La Ley es la palabra viva del Dios vivo (Tu Esencia en tu corazón) para profetas vivientes, para hombres vivientes (resurrectos); en todo aquello que tenga vida está escrita la Ley, pero buscadla principalmente en vosotros mismos. Porque en verdad os digo, todas las cosas vivientes están más cerca a Dios que las escrituras que carecen de vida".

Las enseñanzas del Evangelio están escritas para todos aquellos que ahora quieran vivir y disfrutar de la sabiduría del mañana, para que sepan defenderse de los combates en esta espantosa borrasca en la que sucumbe la especie humana.

Al considerar los problemas generales de las diferentes sociedades humanas y países, indiscutiblemente encontramos que el centro neurálgico de todo problema es: la falta de Sabiduría o la ausencia de la Verdad.

La inquietante búsqueda de la verdad ha llevado, a través de la historia, a diferentes pueblos a buscarla, dando origen a un campo autónomo de investigación y que ha recibido el nombre de Teoría del Conocimiento o Gnoseología.

Sin embargo antes de que se constituya un estudio formal del conocimiento, ya existía la sabiduría en la Esencia de todo ser humano. Es esa a la que debemos llegar, a la que nadie escucha y a la que nadie enseña a escuchar, la Sabiduría primordial del Ser.

La sabiduría de la Esencia es el conocimiento de una sabiduría trascendental y transformativa que enseña a la humanidad a ver, oír y palpar, todas las cosas que hasta el momento se señalan como grandes misterios y enigmas.

No obstante este no es un conocimiento más: esta es la Esencia del conocimiento por que esta en la Esencia misma del ser humano. De allí partieron todos los conocimientos porque ésta es la Doctrina Síntesis que dio origen a todos los movimientos y corrientes filosóficas, científicas, religiosas, artísticas, esotéricas, psicológicas y culturales.

A través de este curso aprenderás a conectarte poco a poco con tu Esencia. De esta manera accederás al caudal del conocimiento interior, ésta es la clave de la sabiduría, porque la verdadera sabiduría no se puede escribir o transmitir con palabras sin correr el riesgo de distorsionarla; tiene que ser experimentada por uno mismo.

Recuerda que la verdadera sabiduría de la Esencia es el ojo que todo lo ve, no existe oscuridad para ella y lo más importante, está en tu propio corazón.

La Sabiduría de la Esencia es la Doctrina de la síntesis, la primera Ciencia JANO o JAINO, y su origen es tan antiguo como el universo.

La palabra JINA (de la cual deviene la palabra Sabiduría) es la castellanización de dicha palabra latina, su verdadera escritura deriva del Persa y del Árabe; no es “Jina” sino “Djin”.

A su vez el origen de la palabra “Djin” se encuentra en la palabra “Jnana” que significa conocimiento y “Prajna” que significa sabiduría, ambas en sánscrito. Como dato curioso, cabe señalar que el idioma sánscrito, a su vez, deriva de la lengua Atlante que oficialmente se desconoce; y ésta, de la lengua de la Lemuria, que también oficialmente se desconoce.

La sabiduría de la Esencia es la Ciencia de Jano o sea la ciencia del conocimiento iniciático y las variantes de su nombre son tantas que hay una en cada lengua.

La Sabiduría de la Esencia y el Conocimiento Universal

La Sabiduría de la Esencia es un Conocimiento dotado de un gran prestigio entre los iniciados. Muy pocos logran comprender este conocimiento. Es trascendental al hombre y al universo, aprehensible mediante las facultades de cognición de La Esencia, que además enseña a la Humanidad a percibir todas las cosas que actualmente se señalan como grandes Misterios.

Es una verdadera escuela científica de regeneración que persigue la transformación del ser humano y pretende que cada persona cambie sus principios básicos impuestos inercialmente por el sistema imperante, convirtiéndose en un verdadero ser humano.

Regenerarse significa volver a generarse dentro de sí, es como si volviéramos a crear un nuevo Cosmos.

Si se posee la Sabiduría de los Grandes Misterios Ancestrales es porque algunos personas muy sabias y santas lograron aproximarse a su corazón debido a su lealtad con la Esencia.

Los Códices Mayas, Papiros Egipcios, Ladrillos Asirios, Rollos del Mar Muerto, Extraños Pergaminos, así como ciertos Templos antiquísimos, Sagrados monolitos, viejos jeroglíficos, pirámides, sepulcros milenarios, etc., ofrecen en su profundidad simbólica gran parte de la sabiduría de la Esencia, la que definitivamente escapa a la interpretación literal y que nunca ha tenido un valor explicativo de índole exclusivamente intelectual.

En el transcurso de la historia han existido grandes Escuelas de Regeneración a lo largo de todo el mundo.

Estas escuelas enseñaban en forma oculta y sencilla sus principios y fundamentos.

La Sabiduría de la Esencia es una recopilación de toda la sabiduría de las antiguas escuelas, por tal razón es denominada la Doctrina de la Síntesis, la cual se ha encargado de develar todos los Misterios hasta ahora ocultos para la humanidad a través de el Libro del Mensaje.

La Sabiduría de la Esencia es la Doctrina adecuada para esta nueva era que se avecina: la Era de Acuario, no se opone a ninguna Religión, Escuela o Sistema de enseñanza espiritual debido a que afirma que todas las religiones son como piedras preciosas engarzadas en el hilo de oro del flujo de la sabiduría de la Esencia.

La Sabiduría de la Esencia como Sabiduría Divina

Sólo aquel que conoce, practica y vive la Verdad es verdaderamente religioso.
Solo aquellos que encarnaron la Verdad, fundaron grandes religiones y las Grandes Escuelas de Misterios.

No existe Religión más elevada que la Verdad.

Es importante distinguir entre las formas religiosas y los principios religiosos.

Las formas religiosas, son los distintos sistemas de enseñar cada principio.

La verdadera gran religión cósmica universal sin principio ni fin, asume distintas formas según las necesidades de cada pueblo y de cada época.

La propietaria de la religión es la vida misma, porque cada ser humano nace y vive para aprender cada vez más y más hasta hacerse perfecto.

Podría un hombre no pertenecer a ninguna religión y, sin embargo, ser profundamente religioso.

La Sabiduría de la Esencia es una Sabiduría Divina porque es un conocimiento de tipo superior de carácter Esotérico ya que estudia la vida, el ser humano, el universo y los fenómenos inherentes a él, no sólo desde el punto de vista exotérico o externo, a través de los sentidos de percepción externa, sino también desde el punto de vista espiritual o esotérico, mediante los sentidos ocultos o paranormales.

La enseñanza de la Esencia nos conduce al conocimiento profundo de nuestros cuerpos. Por ejemplo, conociendo nuestro cuerpo físico, podemos saber en qué vehículo andamos y quién manda y gobierna en él.

Comprendemos que podemos mejorarlo y mejorar a su dueño, nos damos cuenta de que quien maneja el cuerpo físico es el Alma mortal que hasta allí es producto de los sentidos y consciente porque es la expresión del conocimiento que viene de la Sabiduría de la Esencia y de allí el nombre de conciencia. Se nos enseña a convertir el Alma mortal en Alma inmortal.

La Conciencia o sea nuestra Alma mortal, la despertamos por medio de tres factores que la revolucionan: Morir, Nacer y Sacrificio.

Sólo el verdadero ser humano es capaz de sacrificarse por sus semejantes, sólo así comprende la Esencia del mensaje del Maestro Jesús; "Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo".

La Doctrina de la mente y la Doctrina del corazón

Hay dos clases de sabidurías regeneradoras: la Doctrina de la mente y la Doctrina del corazón.

La Doctrina de la mente es la relacionada con el intelecto e incluye todos los conocimientos externos.

La Doctrina del corazón, tiene que ver con la Intuición, la Conciencia y el Ser.

La Doctrina de la mente, robustece la mente, la morada del deseo; ella piensa, razona, saca conclusiones y conduce a la acción errada, todo lo quiere resolver por sí misma y no tiene en cuenta para nada la voz del Maestro Interno.

El Maestro Interno no piensa ni razona ni discute, sino que su voz es la voz de la Intuición.

El Maestro Interno es la voz de tu Esencia.

"Ya las escuelas dieron lo que debían dar, los Centros de Sabiduría se convirtieron en aulas de negocios, cada uno con sus tiranuelos que prohíbe a sus adeptos que se lancen a la búsqueda del Saber; aquí las prohibiciones, allí las excomuniones y amenazas." (V. M. Samael Aun Weor)

Cada cual debe aprender a seguir a su verdadero sí mismo, a su propio Maestro Interno, porque él es el único que puede salvarte.

Recuerda que:

“Tu esencia es Dios en tu corazón y posee toda la sabiduría del universo porque Dios es perfecto y, si nosotros nos conectamos con nuestra esencia, también seremos perfectos”.


Aspectos Generales de la Clase 1

Este curso tiene como objetivo principal brindar las claves para tu propio autoconocimiento.

A través de los estudios de la Sabiduría de la Esencia nos proponemos hacernos filósofos de la vida, que es aquel ser que tiene la capacidad de sobreponerse a las circunstancias adversas que nos presenta la existencia.

El verdadero filósofo es el que ama la Sabiduría y sabe sacrificar el dolor, en aras de encontrar la verdadera felicidad. No algo frívolo y pasajero como lo que hoy día la humanidad confunde a la verdadera felicidad.

Estamos entrando en contacto, contigo querido lector, que has comenzado a realizar este curso y pretendemos acercarte aún más a los temas esotéricos y de trascendencia espiritual para nuestra vida, encontrando el objetivo de porqué hemos venido a este Planeta Tierra, y el por qué de nuestras vidas.

Te recomendamos leer hasta comprender este capítulo de la Clase 1.1, para que podamos de esta forma avanzar en el desarrollo de este Curso de Sabiduría de la Esencia, con el objetivo de que podamos formar un centro de gravedad diferente en nuestras vida, con el propósito de vivir en paz y armonía con lo que nos rodea, ser plenamente felices y llegar a la autorrealización espiritual.

Estudiaremos la Sabiduría ancestral de los tiempos antiguos, de los Mayas, Egipcios, Aztecas, Inkas, Toltecas, de los Griegos, de la India, de los Taoístas, Indostanes, Budistas, de las culturas Nórdicas, los Celtas, los Tibetanos, Chinos, Asirios, Esenios, Gnósticos Primitivos, etc., también a los grandes guías de la humanidad de todos los tiempos.

Muchas Gracias, por tu tiempo.
Esperemos que estos párrafos te sean de utilidad en tu vida.

Que tengas paz en su corazón, y serenidad en tu mente.
Un saludo afectuoso.

Hasta la próxima.






sábado, 5 de enero de 2008

Editorial

EDITORIAL




El día diecinueve de diciembre se dieron finalmente los tan anunciados cambios en el gabinete. Y fueron tan sólo eso: seis cambios. No una renovación total.

Obviamente salieron aquellos que están expuestos más a los medios de comunicación, y consiguientemente corren el riesgo de manchar la imagen del gobierno; y éste ha demostrado ser un personaje más mediático que convincente. Sin embargo, no estamos muy seguros tampoco si se trata de un cambio en el rumbo mismo de las políticas públicas (una reingeniería) o tan solo una permutación, una movida que pueda pasar fácilmente por un cambio en el show televisivo y que en el fondo no lo es. Tampoco sabíamos que los ministros fueran tan versátiles que podían ir de ministerio en ministerio (del de Trabajo al de la Mujer, del de Vivienda al de Salud) como si se tratase de un” todos para todo”. El hecho es que sólo asumieron tres nuevos ministros y que de los más cuestionados, entre los que se encuentra el Premier Jorge del Castillo, solamente ha salido uno: Carlos Vallejos de la cartera de Salud. De la filiación política, ni qué decir: ¡Que vivan los compañeros!

Otro de los temas más saltantes en estas últimas semanas fue la aprobación definitiva del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos por la cámara de representantes del congreso norteamericano. El primer recordatorio a la población es que el presidente Alan García anunció en su campaña electoral que el mencionado TLC debía ser revisado en su totalidad antes de ser aprobado. Lo que hizo en su lugar no fue únicamente firmarlo a ojos cerrados, sino además hacer las enmiendas que los EE.UU. le exigiera para ratificarlo. Y el presidente volvió a tomarnos el pelo al hacer dichas correcciones en tiempo récord con ayuda del Congreso, sin discutirlas ni ponerles un pero. Posteriormente le preparó el terreno al mercado estadounidense con la eliminación de algunos aranceles a sus productos, para terminar diciéndonos que debíamos preparar el marco legal (seguramente tal como se lo habrá escrito en un papelito Bush) para facilitar su aplicación; nunca se le escuchó decir cómo nos preparamos nosotros para esta competencia desigual con agricultores subvencionados y una producción altamente industrializada. ¡Realmente estamos de cabeza!

G. P.

Humor



Por Pablo Lazo Valverde
Comentarios:
cavaliny@hotmail.com
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Catarsis

YO ESTUVE MUERTO


Por Abel Peralta Quiroz
Comentarios:
mr.ritchmond@hotmail.com



Las historias no son de quien las escribe, sino de quienes las viven y guardan celosamente en sus memorias para compartirlas espontáneamente, en forma de anécdotas. Dedico esta crónica a “Colilla”, el verdadero protagonista de esta crónica, y amigo personal, que hoy, alejado del “submundo”, se gana la vida como jardinero en la Ciudad Universitaria.



Tengo las siete vidas de un gato, aunque hasta ahora ya me van matando por lo menos una.

Salté cual vampiro al cuello de la dama dispuesto a todo. Ésta retrocedió entre asustada y sorprendida, y lanzó un grito ahogado que no me conmovió un ápice. Mirándola a la cara con un gesto de odio profundo, sujeté la vistosa alhaja que le caía en el pecho, con una mano, y tiré muy confiado de ella, pero ésta no cedió. Sobre la marcha caí en cuenta que se trataba de una de “achote”: oro grueso y macizo. Volví a tirar, esta vez con todas mis fuerzas. Por regla general sabía que si en esta ocasión volvía a fallar, me vería obligado a desistir de mi propósito. Aquellos segundos pudieron ser una eternidad. Sin embargo, milagrosamente, el grueso eslabón cedió, y ya con el camino de escape trazado en la mente desde antes del “golpe”, emprendí la fuga cruzando raudamente la avenida La Marina. O eso intenté. No pudo ser. Al tercer paso, un auto negro me embistió furiosamente, acaso pulverizándome los huesos.

La habíamos esperado desde que ingresó, sola e indefensa, escondidos en la esquina de la calle Insurgentes, como solíamos esperar a los clientes del “Bingos Perú” que iban por (y algunas veces salían con) lana, pero que nosotros nos encargábamos de trasquilar. Aquel viernes de inicios de Agosto, llovía muy fino y la noche asomaba triste como un extraño presagio, pero cuando estás en ésto, y “en estas”, no haces caso de esas pavadas. Apenas la vimos salir, decidimos que era una víctima perfecta para mi metro sesenta y cinco, y cincuenta y cinco kilos. Melo, mi compañero asignado aquel viernes, era grande y rudo; innecesario para la fragilidad de aquella delgada matrona. Miré de izquierda a derecha para comprobar que todo estuviera en orden: la pista asomaba iluminada y desierta, aunque debo reconocer que, sentado en la última fila del aula, nunca atendí lo suficiente las lecciones de ciencias físicas que las dictaban en el ya lejano cuarto de secundaria, como para tomar en cuenta que el tiempo transcurrido entre la planificación y ejecución de mi asalto en dos intentos, tenía una importancia decisiva. Lo comprendí recién el lunes a las siete de la noche, que desperté del coma.

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Busqué en mis recuerdos para entender lo que estaba ocurriendo, cuando me vi sujeto a dos gruesas agujas clavadas en cada uno de mis antebrazos, amén de la mascarilla plástica por donde me suministraban oxígeno… pero no encontré nada. Muchas veces creí que algún día terminaría alguna de mis largas noches de alcohol y drogas, tirado en una acequia, muerto, con un agujero de bala alojado en el cráneo; muchas otras estuve muy cerca de ello. Con la cara cubierta con las inmaculadas sábanas, lloré convencido que acababa de zafar de una situación extremadamente fea, y que no mereciendo vivir, una extraña decisión divina me daba una nueva oportunidad… una más. Pero no pensé en ello como una cuestión religiosa: comenzaba a imaginarme cómo iba a ser mi próxima noche de farra. La pletórica luz del reflector penetraba mis párpados sellados por casi ochenta horas, inundando de luminosidad mis pensamientos; fue como sorprenderme a mí mismo en mis fechorías de adolescente descarriado. Abrí los ojos, casi ahogado, y ahí estaba Melo sentado en una silla al rincón. No se había levantado de ella desde que me trajeron en la ambulancia sin esperanza alguna (presuntamente muerto) y por simple formalismo. Se incorporó de un salto, y con una sola pregunta, todas las imágenes de aquella fatídica noche me llegaron imparables…

- ¿Dónde quedó la cadena?

Si la vida es un gran film como todos dicen, podría describir cuadro por cuadro los instantes previos al trágico suceso. Puedo volver sobre mis pasos: ahí estaba el papel amarillo de chocolate XL que pisé antes de entrar en el seductor terreno de lo prohibido. Mis pies volaban casi involuntariamente (esto atribuyo a la costumbre)… y el Toyota Corolla negro a sólo centímetros de mí; y esa bestia negra pretendiendo ocupar el mismo lugar en el espacio que mi cuerpo, o acaso en un intento de fusión imposible. Y no miento si digo que el impacto no me privó, como todos deben creer. Me incorporé ágilmente en medio segundo, con ese instinto de supervivencia propia de nuestra especie, y mis dedos, sangrantes desde el forcejeo, se deslizaron muy lentamente hacia el bolsillo izquierdo del pantalón para depositar en su fondo la cadena de oro “achote” con un dije de la Virgen de las Mercedes, antes de volver a caer al frío pavimento, inconsciente.

Pero aquel momento no era un buen momento para la retrospectiva. En realidad nunca en mi vida hubo uno realmente adecuado. Empecé a dudar de que aquel perro fiel no estuviese únicamente tras mis despojos con la artera intención de llevarse el apreciado botín, por el que ahora era uno más de los que solíamos llamar “caídos en combate”. En mi situación tenía que dudar inclusive de mi memoria. Así que, con una tranquilidad inusitada, me limité a decirle muy “ofendido”:

- ¡Cómo mierda voy a saberlo!

Melo permaneció a mi lado el largo tiempo que duró mi lenta convalecencia. Por su intermedio me fui enterando los pormenores que empezaban a rodear mi caso. La víctima no había puesto denuncia alguna (tras percatarse del atropello, la habían visto abordar muy despreocupadamente un taxi, y desaparecer sin dejar rastro tras siguiente esquina), de modo que de momento podía estar tranquilo; sin embargo, la experiencia me indicaba que no debía confiarme y tener una coartada lista para cuando la necesitara. Transcurrieron dos semanas: la situación empezaba a calmarse.

A los quince días pasó a buscarme un policía acompañado de un fiscal. El doctor había entregado mis ropas a la dirección del nosocomio, con la finalidad de identificarme; al levantarse el acta de mis pertenencias, se halló una alhaja imposible de encontrarse ahí de manera legal. Es cuando se decidió dar aviso a las autoridades.

Se me acercó hasta casi pegarse a mi oído y con una voz de ultratumba me dijo, sosteniendo en la mano derecha, la prueba irrefutable de mi delito:

- ¿Esto es tuyo? Di la verdad, carajo... Porque tenemos una “agraviada".

Era la típica artimaña de la policía para sacar información. Un truco tan viejo como caduco, que en modo alguno podía intimidarme. El doctor advirtió que acababa de ser inyectado con Lorazepan, por lo que no era conveniente que en el momento me tome manifestación; sin embargo no quise esperar a que se agrande el problema, que de momento era sólo una sospecha, y decidí, con la cabeza girando a mil, zanjar de una vez el asunto:

- De la señora Lucy Borja. Me mandó llevarla a que la vea el joyero.

- ¿Y esa quién es?

- La directora de “Generación” – y caí sumergido en los profundos abismos de la nada…

Lucy Borja era directora de la casa hogar Generación, un albergue en el que me refugié intentado huir de mis excesos a los catorce, y el mismo del que largué dos años después, cuando me convencí que nada me iba a cambiar, aunque al igual que con otros desertores, manteníamos una relación cercana a ella, sin contar que no estando ya bajo su responsabilidad, siempre se las arregló para seguir solucionándonos la vida cada vez que nos metíamos en nuevos (y paulatinamente menos inocentes) líos. Al día siguiente fueron a verla; no les fue difícil ubicarla puesto que era muy conocida en el entorno de los centros de recuperación. Estaba atendiendo los asuntos diarios de la casa cuando le pidieron un tiempo para conversar con ella. No se sorprendió al conocer mi desgracia, pero hoy sospecho que le debió doler en el alma. Tanto que, compadecida y con el corazón hecho trizas, se limitó a cubrir mi versión tal cual. Vino a visitarme dos días después, y llorando me hizo prometerle que saliendo del hospital me iba a regenerar. No me quedó corazón para confesarle que me estaba pidiendo un imposible, que a mi edad y en mi condición, era imposible pensarlo siquiera; tan sólo me limité a complacer sus buenos deseos. Feliz con mi falsa promesa, al día siguiente me regaló una bicicleta, que meses antes hubiese sido mi delirio, pero en la condición en que me encontraba no me servía un carajo, así que mandé venderla a Melo para que me trajera cocaína. No regresó más.

Salí de alta el 31, viernes como el día del accidente. Llovía finamente igual que en la noche que morí para resucitar, como Cristo, al tercer día. En la esquina de la avenida Grau con Iquitos, una señora me cruzó intempestivamente, exhibiendo una gran cadena de brillante oro; mis dedos dentro de los bolsillos se movieron involuntariamente. Al cruzar la otra vía, un Corolla negro pasó a una velocidad desafiante. Todo (se me hacía) eran simples imaginaciones. Dispuesto a no dejarme atormentar más por los malos recuerdos, tomé un taxi hasta el Jirón Azángaro, a espaldas de Palacio, donde desde antes de robar la cadena ya tenía un compra fija, y la vendí por 110 dólares, que me los fumé completamente aquella noche para celebrar mi “segunda vida”.

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Literatura

NERUDA : FILÓSOFO DEL AMOR



Por Oscar Perlado Rodríguez
Comentarios: shagyetc@hotmail.com




Soy de los que creen que el arte es (y debería ser) más que un llamativo adorno que el artista elabora para provocar placer a los sentidos. Pienso que no es difícil ser un buen poeta: lograr una buena metáfora o sugerirnos algo con una bella imagen. Lo difícil es trasmitir una idea trascendental a través de la poesía, una perspectiva nueva cargada de filosofía y capaz de cambiar concepciones y comportamientos. En otras palabras, ser un genio como lo fue Pablo Neruda.

A pesar de ser Neruda un poeta intuitivo, más visceral que ideólogo, es también un poeta de hondas convicciones que cuenta con una concepción propia de la realidad, que de una u otra forma dirige su pluma.

Todos hemos escrito seguramente alguna vez un poema de amor , pero no todos vemos lo que ve Neruda a través de este sentimiento . A pesar de referirse a un tema tan subjetivo y a veces tan estereotipado, él logra darnos un punto de vista más profundo, otorgándole al amor una categoría más alta en su búsqueda compleja de los cimientos de este oscuro sentimiento que inunda a los hombres.


Para convencerlos de esto solo me bastará usar algunos versos de uno de sus poemarios menos recordado y a la vez imprescindible para comprender la importancia que tenía para Neruda el amor como verdad metafísica: Cien Sonetos de Amor , que le dedicara a Matilde Urrutia.

XLVIII

“El aire, el vino van con los dos amantes,
la noche les regala sus pétalos dichosos,
tienen derecho a todos los claveles.

Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte,
nacen y mueren muchas veces mientras viven,
tienen la eternidad de la naturaleza.”

Es increíble la forma particular que tienen los poetas de ver las cosas así como su capacidad para trasmitírnosla a través de unos versos. En este poema Neruda se despoja de todo egoísmo y habla del amor como una propiedad universal y no sólo de los amantes. ¿De qué modo? Porque cualquier persona puede convertirse en amante, dejar de serlo, pero lo que nunca cambiará ni morirá es el amor mismo. Este se renueva en cada amante a pesar de que su origen es desconocido. Desde este punto de vista, el amor sería algo intrínsico al hombre ,algo ineludible, acaso un don divino que lo hace merecer todo aquello que lo rodea. Les pertenecen todos los claveles porque ellos mismos son parte e hijos de la naturaleza.

LXXXIX

“Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.”


Muchos tenemos la idea equivocada de que después de la muerte de la persona amada no queda nada y que es el dolor el único tributo que le debemos. Pensamos en la otra persona como en una posesión: que no podemos ser felices sin ella o que es injusto tenerla lejos.

Neruda tiene otra perspectiva y le da a su musa, en cambio, un mensaje de alegría. La vida es la que nos regala el amor, y todo aquello que significa se lo debemos a esos momentos de felicidad en la tierra. Por tanto no es posible el dolor y el arrepentimiento frente al deceso del ser amado. Solo es admisible el agradecimiento: no debemos abandonar la vida y más bien debemos seguir disfrutando de todo aquello que nos gusta, porque en esas cosas estará también aquella persona, intacta, imperecedera. No dejes de ser tú misma ni estés triste porque solo de ese modo superviviré, diría Neruda.

XLIV

“Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala d el silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.”

Uno se pregunta: ¿cómo puede amarla y a la vez no? ¿No estará cayendo el autor en una contradicción? Nada más alejado de la verdad. Si uno amara de determinada forma y con una misma intensidad a otra persona durante toda la vida, no la amaría de verdad. Solo habría amado un recuerdo, algo pasado, muerto. Las personas no somos de un modo u otro. Nos vamos moldeando o descubriendo de a pocos a través de situaciones diversas. Por eso Neruda no ama a Matilde todavía porque su amor no se ha acabado, corre como un río. No ha aprendido a amarla completamente porque aún no la conoce . Nosotros amamos y no amamos a la otra persona porque de otro forma no la amaríamos.

II

“pensar que separados por trenes y naciones//
tú y yo teníamos que simplemente amarnos…”

III

“Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi mo-
rada?”

Para Neruda el amor no es producto de un conjunto de casualidades ni de intervenciones divinas en el libre desenvolvimiento de los hechos, sino más bien de la fatalidad , pues estos versos alude al azar y al espacio . Solamente la incertidumbre propia de la naturaleza determina el encuentro y desencuentro de los amantes, por eso el autor pregunta quién , qué flor su amor tiene un origen oscuro.

XCVI

“Pienso, esta época en que tú amaste
se irá por otra azul substituida,
será otra piel sobre los mismos huesos,
otros ojos verán la primavera.”

XCI

“El tiempo no distingue entre mis manos
o un vuelo de naranjas en las tuyas:
pica con nieve y azadón la vida…”

Antes de ir en busca del sentido de estos versos que hacen referencia a la contingencia del amor con respecto al tiempo , contrastémoslos con los que vienen a continuación de modo que encontremos la idea completa que nos quiere trasmitir el autor en toda esta sección intitulada Noche , donde se mezclan temas tan diversos y a la vez tan cercanos, como los son la noche, el sueño, la ausencia y la muerte.


XCV

“El amor sepultado por tanto tiempo frío,
por nieve y primavera, por olvido y otoño,
acerquemos la luz de una nueva manzana,

de la frescura abierta por una nueva herida,
como el amor antiguo que camina en silencio
por una eternidad de bocas enterradas.”

Parece que Neruda opone lo deleznable de la vida a la inmortalidad de la naturaleza. Su amor y él mismo pueden desaparecer del mundo pero no el amor en sí. Este sentimiento inexplicable o poco entendido para algunos; al fin, ineludible e irrefutable; se renueva en cada amante porque es el mismo para todos, pero sobre todo porque caracteriza al hombre, discriminándolo de los otros seres vivos.



Actualidad

PRÉTERITO PRESENTE



Por Martín Barrera Tello
Comentarios:
marbarrera@gmail.com




Una vez más, un grupo de peruanos pone a prueba la capacidad del Estado para solucionar de la manera más justa posible, un problema que afecta directamente los bolsillos e intereses respectivamente, de ambas partes. Lo que en un primer momento fue percibido como una de las tantas marchas que se desplazan por el Centro Histórico para exigir el cumplimiento de algún reclamo, hoy se ha convertido en un grupo de personas organizadas y con asesoría legal, conscientes de que su pedido tiene una base jurídica al cual el gobierno debe atender.

Estas personas, las que hoy exigen un referéndum para que se efectúe la devolución del dinero de los aportes al FONAVI (Fondo nacional de Vivienda), representan a los cuatro millones de ciudadanos que entre 1979 y 1998 fueron obligados a entregar una parte de sus ingresos con la ilusión de contar con un capital para la adquisición de una casa. Sin embargo, al desactivarse el cobro de este tributo, el gobierno de turno (léase de Alberto Fujimori) no planificó la manera de responder por el dinero que ingresó al fisco bajo dicho concepto en todo ese tiempo.

Es cierto que toda la responsabilidad no debe recaer únicamente en el régimen del señor Fujimori, dado que el capital fue utilizado por todos los gobernantes que pasaron entre los años de las aportaciones al FONAVI (Fernando Belaúnde, Alan García y el hoy juzgado ex presidente). Tal vez el dinero sirvió para realizar obras de suma importancia en su momento, en otros casos mal utilizados, despilfarrados, eso nunca lo sabremos. Lo que sí queda claro es que el fondo no fue invertido en su finalidad original.

Ahora, el problema retorna, cual boomerang, a las manos de uno de los mandatarios que usó parte de las aportaciones a ese fondo. Alan García vive este presente con los intereses de un pasado que le pasa la factura. Los fonavistas ya no son gente aislada que se lamenta de haber sido literalmente estafada por el Estado. Ahora, organizados, exigen que mínimamente se dé una consulta popular para que de ese modo se dicte un fallo a su pedido. Sin embargo, García y su entorno no están de acuerdo con que se realice el referéndum, muy probablemente porque supone cuál será la respuesta de la población.

En ese sentido, trata de presionar al Tribunal Constitucional (TC), órgano que en teoría debe actuar de forma independiente sin ningún tipo de influencia de otras instituciones del Estado. Si el TC considera justa la consulta para posteriormente debatir el “Proyecto de Ley de devolución del dinero del FONAVI a los trabajadores que contribuyeron al mismo”, se debe respetar tal decisión. A estas alturas, el papel del Jurado nacional de Elecciones, que argumenta que la propuesta es improcedente, más parece un manotazo de ahogado del Ejecutivo.

Incluso en el Congreso se ha pensado en recortar las capacidades del TC por la experiencia en este caso. El parlamentario aprista Javier Velásquez Quesquén, presidente de la Comisión de Constitución del Poder Legislativo, ha dicho que evaluarán si se puede “precisar y delimitar las competencias y funciones del Tribunal, pues tiene que entender que éste debe estar sometido a la Constitución”. A su entender, dicho organismo “ha invadido la competencia del JNE, cuyas resoluciones en materia electoral no pueden ser revisadas”.

Entonces, aquel partido político al cual los peruanos le dieron una segunda oportunidad en el gobierno, hoy quiere cambiar las reglas de juego para que su desempeño sea menos complicado, tal como lo hizo en su momento aquel gobernante al que todos ahora (incluso el señor Alan García) señalan como un dictador.

Este capítulo, uno más en donde tenemos a peruanos estafados, que para un sector de la clase gobernante tal vez ya es parte del pasado, recobró vigencia en el presente y traerá más de una sorpresa en el venidero año. Depende de la respuesta de los encargados de solucionar esta situación que tengamos un final feliz o no. Caso contrario, nos quedará claro que no sólo ahorrando en CLAE puede uno perder su dinero, y que el Estado puede impunemente robar 22, 000 millones de soles, a vista y paciencia de todos, amparado en los organismos públicos para callar los gritos de justicia.