domingo, 19 de agosto de 2007

Catarsis

DIOS NOS CRÍA…


Por Abel Peralta Quiroz
Comentarios:
mr.ritchmond@hotmail.com


Soy la excepción de la regla, la oveja negra en un finísimo rebaño de ovejas Blackbelly.

En Febrero durante unas largas conversaciones literarias (de esas que disfrutamos sólo quienes decidimos libremente hacer con nuestro tiempo lo que nos viene olímpicamente en gana) con mi amigo Oscar Perlado, surgió la idea de hacer un blog donde pudiéramos expresarnos abiertamente sobre todo aquello que no podemos decir en nuestra vida cotidiana sin ser catalogados como locos, renegados, ateos o malditos comunistas. El plan resultaba atractivo, y aunque nunca le pusimos fecha de gestación a partir de entonces no se habló de otro tema en nuestras charlas posteriores.

Debo confesar que nunca estuve realmente convencido de la seriedad del proyecto y mucho menos que éste se llevaría a cabo en algún momento; ni siquiera quedaba claro el papel que cumpliría yo dentro del mismo. Y desanimarlo después de haberle echado toneladas de leña al fuego hubiera sido una puñalada mortal para alguien tan entusiasmado como supuestamente lo estaba también yo. Así que continué por unos meses más discutiendo detalles de algo que para mí resultaba improbable hacer realidad. Pero como me pasa siempre, veo los proyectos como lejanos hasta que los tengo encima mío, no tomé en cuenta la cercanía de la fecha de lanzamiento hasta hace unas semanas, en que Oscar trajo a la reunión a un muy depurado staff de profesionales de las letras y humanidades, cada uno asignado a una sección, y dentro del cual era muy obvio que terminaba desentonando.

Entonces se me ocurrió la idea de zafar y seguir en mi eterna inercia… pero ya era tarde.
Traté de convencerlo por todos los medios de que era mala idea incluirme en el grupo, que no soy responsable y podía fallar, sin contar con el pésimo estilo de mis escritos y mi casi instintivo hábito de terminar mal mi relación con los grupos a los cuales me integro. Pero el bueno de Oscar estaba cándidamente decidido a darme una oportunidad; por ello creó dentro del blog una sección llamada CATARSIS (que viene a ser algo así como jugar de mantequilla en el equipo, pero jugar a fin de cuentas). Aún sin saber cómo terminaría esta correría volví a aceptar, con el mismo convencimiento de la primera vez que tocamos el tema, pero entonces no me quedó más remedio que empezar a pensar el modo de mantenerme dentro.

Quiero dejar en claro que en esta sección no voy a hablar del aroma embriagador de las rosas ni del color del crepúsculo de las tardes de verano, aunque respeto y leo fervorosamente a quienes escriben sobre ello y disfruto cotidianamente del aroma embriagador de las rosas, tanto como sentarme en la terraza de casa a contemplar el crepúsculo de las tardes de verano. No. En este espacio tengo la libertad de expresarme sobre los temas que decido a voluntad y de la forma que considero conveniente.

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Hasta hoy he vivido de los privilegios generados por una leyenda contada a medias, la misma que narra un afortunado paso por algunas revistas alternativas argentinas, incluyendo la publicación de un poemario, de lo cual hoy no me canso de repetir que fue un error (aun cuando esto disparó mi fama a niveles impensables en los círculos que frecuento). Quizá toda esta novela influyó en mi inclusión en este grupo serio y con un futuro prometedor. Y mientras termino de divagar sobre la enorme responsabilidad que hoy cae en mis espaldas, me doy cuenta que faltan apenas unas horas para entregar mi primer artículo…

Estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano de volver al ruedo tras dos años de abstinencia. A ver, la idea es criticar un poco la realidad de nuestro país, y materia prima tenemos en abundancia: el eterno conflicto con nuestro vecino del sur, los infinitos escollos para la extradición del prófugo japonés, la huelga nacional de médicos y la consecuente crisis en el sector, la compra de camionetas de dudosa procedencia para la policía… (Como quien dice, antes para deprimirnos teníamos que salir a la calle y caminar un par de cuadras, pero hoy con solo prender la televisión y hacer zappinng uno queda K.O.). Sin embargo, imbuido por el miedo a fracasar en esta nueva aventura, y con el tiempo apremiando, mis dedos terminan perdidos en este meandro de palabras. Por esa razón decidí mandar al carajo _ por hoy_ la realidad nacional y escribir sobre este azaroso aterrizaje en el planeta de los blogs.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EHHH- VOLVIOO ABEL!!!! PERU KUANDO VENIS DE NUEVO?

NOE

Anónimo dijo...

excelente!