sábado, 28 de junio de 2008

Homenajes

HOMENAJE A CARLOS GARDEL
“Y LA BARRA, COMPLETAMENTE AGRADECIDA”










El 24 de junio de 1935 murió en un trágico accidente aéreo en Medellín, Colombia, Carlos Gardel, quien es conocido en el mundo como el “Zorzal Criollo” o el “Morocho del Abasto”, expresión máxima del canto popular latinoamericano.

A más de 70 años de su desaparición, el recuerdo y la presencia de su voz siguen cautivando a las nuevas generaciones, a pesar de que estilos, temas y los avances técnicos para la imagen y el sonido, han llegado a límites realmente impensados para quienes lograron vivir en su época o lo hicieron luego de su muerte.

Carlos Gardel es el mito de mayor proyección y relieve que ha existido en nuestro continente. El mismo que es producto de la imaginación popular y la influencia carismática del ídolo que sobrepasa todas las fronteras.

Gardel que nació al canto entre gente dura, malevos de los barrio arrabaleros del Buenos Aires de comienzos del siglo XX, y que luego anidara con facilidad entre los cortinajes y salones de la clase media, para finalmente vestir de frac o de smoking y pasear al tango entre magnates y reyes, aún luce su presencia y su voz fresca y de un timbre singular, con el calor humano jamás olvidado de sus inicios.

Fue un artista de vanguardia por excelencia, desde la creación del tango canción al grabar en 1917 “Mi noche triste”, a la de los primeros video clips al filmar “Encuadre de canciones” (1930), dirigidos por Eduardo Morera, cortos que además son el primer testimonio de cine sonoro en nuestra lengua. Fue también la primera estrella latinoamericana que triunfó en Los Estados Unidos, llegando a fundar su propia empresa productora, la “Exitos Spanish Pictures”, en asociación con los estudios “Paramount”, adelantándose así a su época y abriéndole el camino a los artistas latinos que le sucedieron.

El rescate de sus películas sirve para que las nuevas generaciones puedan conocer esa voz varonil, profunda, sentimental y nostálgica, que subrayan sobremanera el carisma que arraigó en los sentimientos del pueblo latinoamericano, así como también en un gran sector del continente europeo.

El sueño bolivariano (tan manoseado y venido a menos hoy en día), cobra un significado especial en la obra de Carlos Gardel , ya que trabajó no sólo con grandes artistas rioplatenses, sino con los de distintos países de América Latina como Rosita Moreno y Celia Villa (México), José Moriche, Don Aspiazú y Guillermo Moreno (Cuba), Blanca Vischer (Guatemala), Alfredo Le Pera (Brasil), Francisco Flores del Campo y Adelqui Millar (Chile), y el gran escritor peruano Felipe Sassone. Actuó además con grandes estrellas españolas como Manuel París, José Nieto, Trini Ramos, Goyita Herrero, la actriz portuguesa Helena D’Algy, entre otros.

De Gardel se puede decir todo lo inimaginable en relación con su vida privada y artística. Todavía en esta década siguen naciendo hechos y sucesos que hacen un misterio su nacimiento y su muerte. El mito Gardel alimenta la imaginación popular y de seguro seguirá creciendo al lado de otras leyendas.

La voz del “Zorzal” parece seguir teniendo vida. No deja de tener razón la frase “Tuavía canta el dijunto”, que un moreno de “La Victoria” dijera hace años, luego de escuchar un tango en uno de los tantos reestrenos de sus filmes y que la concurrencia masiva del cine recibiera con aplausos.

Hoy, Carlos Gardel sigue vivo, y la barra, completamente agradecida.






G. P.

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