martes, 19 de febrero de 2008

Punto Puntual

MAL TERCIO, MINISTRO CHANG










Por Martín Barrera Tello
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marbarrera@gmail.com







*Hacer alguien mal tercio a otra persona.1. loc. verb. Estorbarle;
hacer daño en una pretensión o cosa semejante.

(Diccionario de la Lengua Española – vigésima segunda edición)








Según el decreto Supremo Nº 004-2008-ED, del 11 de enero del presente año, “es requisito fundamental para ser contratado como docente a partir del año lectivo 2008 en las Instituciones Educativas Públicas de Educación Básica y Educación Superior Técnico – Productiva, ser profesor egresado, dentro del tercio superior del cuadro de méritos promocional de las Instituciones de Educación Superior No Universitaria y facultades de Educación de las Universidades del País”.

Con la publicación de esta norma en el diario oficial “El Peruano”, el requisito determinante para concursar por una plaza docente es el promedio de calificaciones en los años de estudio de la carrera de educación. Lo demás no cuenta, o cuenta muy poco según esta ley.

Esto quiere decir, para algunos profesores que han hecho públicas sus denuncias, que un docente con varios años de experiencia, algunos cursos de especialización en su haber y el respaldo de los padres de familia por su desempeño en las aulas, no podrá enseñar en el nuevo año escolar por no ser parte del tercio superior de su promoción.

Ese mismo profesor o profesora, con el perfil descrito en el párrafo anterior y cuyas notas universitarias no le sirvieron para concluir sus estudios en este cuadro de méritos, tuvo que trabajar y estudiar para costearse los gastos que demandan seguir una carrera en el Perú, y cuando ya obtuvo el título, no dudó en especializarse en su afán por superarse.

Quizás su compañero de carpeta, que nunca tuvo la vocación por la enseñanza, siguió esta profesión muy cómodo y obtuvo notas brillantes, formó parte del tercio y hasta el quinto superior, o tal vez fue el primero de su promoción; pero no tenía la docencia como razón de ser para futuro desempeño profesional.

O tal vez, aquel profesor (cuyo nombre no fue público) egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que no pertenece al tercio superior, observa impotente como su “colega” de un instituto pedagógico, con nombre indescifrable, de algún lugar del interior del país se inscribe para el concurso publico de profesores, con su certificado de pertenecer al cuadro de méritos de su promoción.

O aquellos otros que solo presentan una declaración jurada que ¿acreditan? sus altas notas, acompañada por su “milkito” (es decir, 1,500.00 soles, según el argot de los profesores) para asegurar una plaza sin necesidad de rendir la prueba.

Hecha la ley, hecha la trampa. Ahora, los futuros educadores que se forman en las facultades e institutos pedagógicos saben que lo que le importa al Estado son sus notas, así que no escatimarán en conseguir las más altas de cualquier manera. Mientras tanto, la educación en el Perú sigue en estado de coma gracias a una brillante idea de un Ministro que durante muchos años manejó una conocida universidad, que hasta hace algunos años, no se caracterizó precisamente por la calidad profesional de sus egresados. Quizás por ello cerró su facultad de Educación.




José Antonio Chang, el titular de la cartera de educación, no pudo crear mejor clima para el inicio del año escolar 2008, que empezará con un problema que muy probablemente tenga repercusión en huelgas y otras acciones que perjudicarán a los escolares que, según él, son la razón de ser de su gestión.

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