martes, 19 de febrero de 2008

Editorial

EDITORIAL








El Decreto Supremo 004 que exige que todo profesor pertenezca al tercio superior de su promoción para postular a una vacante en una institución educativa pública, ha polarizado al país entre quienes apoyan la decisión del gobierno y los que están de lado del Sutep y los presidentes regionales. Es aquí donde la opinión de los intelectuales debe interponerse , primero para evitar que el autoritarismo, ya denunciado por nuestra revista a través de sus editoriales, se exacerbe y aplaste nuestras libertades; y segundo, para ayudar a que la gente entienda mejor el alcance de lo que aprueba y pueda ejercer de mejor manera su ciudadanía.

Nuestra posición es que no necesariamente los profesores con las mayores notas son los mejores. ¿Por qué? Antes de responder, citaré opiniones relevantes que he encontrado en algunos diarios de la capital en los últimos días: “(Mercedes Cabanillas) Reconoció que ampararse en una constancia de haber pertenecido al tercio superior de alguna institución, no sería la manera correcta de seleccionar a los docentes.” (La Primera, 14/12/08) (¿No es extraño que una personalidad del oficialismo esté en contra de una medida adoptada por el gobierno? Parece que en el Perú aún hay personas imparciales.) “A mí no me persuade la medida del gobierno ¿Si es del tercio es mejor profesor? Yo no lo creo. Es posible que se puedan definir algunos lineamientos, con factores regionales, y designar quién lo hace.” Lourdes Flores (Perú 21, 14/12/08). “Ingenioso, creativo, desopilante (*), el ministro JOSE CHANG apostó por mejorar la educación a fuerza de calificaciones bastante descalificadas.” Nicolás Yerovi (Perú 21, 14/12/08).

Creemos que toda norma dictada por el Estado debe pasar antes por muchos criterios de valoración. La medida puede no ser infalible, pero por lo menos debe cubrir las expectativas de quienes deseamos que la educación en nuestro país mejore. Y el gobierno sabe que el tercio superior no es la respuesta inequívoca para establecer sistemas efectivos de evaluación para calificar a un profesor.

Sin embargo el análisis no se agota con esto. Hay que advertir que el tema ha sido embarrado de demagogia, y politizado. Si decimos simplemente que desde ahora se contratarán a los profesores con las mejores notas, al mínimo común de la gente le sonará lógico y, por tanto, respaldará dicha propuesta. Del mismo modo hay quienes se refugiarán en una opinión en contra con tal de solapar su mediocridad. Pero lo que sí le pedimos a nuestro presidente es que no ofenda, sin conocimiento de causa, a quienes él mismo representa y por los que tiene ahora un dinero demás en el bolsillo. Porque muchas veces quienes ostentan las notas más altas tienen más ambición que vocación. Además que nuestro sistema educativo es tan precario que sólo imaginémonos con qué medios uno consigue una buena calificación en las escuelas y universidades. Habría que recordarle también a nuestro presidente que si de méritos se habla, el salió jalado en una primera vuelta y aprobó con 11 en la segunda, por una nota subjetiva proveniente del temor a votar por un alumno desobediente llamado Ollanta. Esto en lo que respecta a la demagogia.

En cuanto ala politización de los hechos, me llamó la atenciones el editorial de Aldo Mariátegui en Correo el día jueves 14 de febrero del presente, donde primero se afirma “Cierto, lo del tercio superior no es un modelo perfecto y afectará injustamente a algunos como beneficiará injustamente a otros” para luego sustentar su postura a favor de la medida, con la siguiente justificación (no razón): “pero _como dicen de la democracia_ es el sistema menos malo”. Esto me recordó lo que dijera hace sólo unas semanas nuestro intelectual Mario Vargas Llosa a Alan García en su cara pelada: “Yo voté por Alan García porque me pareció en esos momentos el mal menor…” Es decir que Aldo Mariátegui va a votar ahora, al igual que hiciera Vargas Llosa, para que el país se friegue pero no tanto. Pero más arriba también hace notar sus preferencias políticas cuando dice: “Aquí simplemente se ha optado por otro filtro (decisión válida de cualquier empleador), que es mucho mejor porque corta la politiquería (impide que Patria Roja o cualquier otro partido coloque a su gente).” Si no desea que los partidos políticos corrompan la educación en nuestro país, que comience por no llevar agua para su molino derechista, desde un medio de prensa que se supone debe informar y no poner a unos contra otros. Esto es cuanto tengo que decir.

(*) Risible




G. P.

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