sábado, 27 de octubre de 2007

Actualidad

¡SOS GRANDE, FÚTBOL PERUANO!



Por Martín Barrera Tello
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lmbt82@hotmail.com










Hoy, los mil y un temas de interés nacional ceden su lugar, en esta tribuna, al fútbol, quizás “lo más importante de lo menos importante”. Y es que en los últimos días, la reelección de Manuel Burga como presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y los nada auspiciosos primeros resultados de nuestra selección en la eliminatoria para el mundial de Sudáfrica 2010, pusieron en los ojos del país un problema con más de 15 años, mucho dinero de por medio y pocas alegrías para la afición.

SOS. El pasado 5 de octubre, Manuel Burga vence en las urnas a Federico Cúneo, con 26 votos de los 37 participantes. El resultado, a todas luces predecible, desencadenó la reacción de todas los peruanos que saben algo de fútbol en nuestro país, incluyendo a varios congresistas, el jefe del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Arturo Woodman, el ministro de Educación, José Antonio Chang, el Presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, y hasta la del mismísimo primer mandatario Alan García; autoridades que prometieron (para variar) una solución a la ya consolidada dictadura del fútbol. Sin embargo ¿por qué no decidieron actuar antes de que se cometa el fraude?

Es sabido que la fecha original para esta elección no fue el 5 de octubre, sino que semana tras semana los comicios en la FPF se iban posponiendo por una u otra razón hasta que finalmente se celebró días previos al inicio de la eliminatoria, cálculo tal vez realizado para no darle tiempo a los detractores de Burga para realizar un reclamo o una investigación.

Mientras pasaban los días y se suspendía la elección, nadie se preocupó en analizar cómo llegaban los candidatos a la máxima representación del balompié nacional, ni siquiera los políticos que hoy - como siempre, tratando de solucionar en lugar de prever – dicen que harán todo lo posible para limpiar nuestro fútbol. Así, un Burga inhabilitado por el IPD para ejercer dirigencia deportiva por 5 años tuvo todo el tiempo para negociar su reelección.

De los 12 equipos que integran la primera división, era vox populi que tenía el apoyo del Cienciano de Juvenal Silva, el Sport Ancash de José Mallqui (ambos congresistas de la República) y de otros equipos mal llamados profesionales que vendieron su voto a cambio de no descender a la segunda división; sin contar con las 25 Federaciones Departamentales que, increíblemente, son las que inclinan la balanza al ser más en número de votos.

Y como para cerrar con broche de oro, se invitó a un veedor de la FIFA para que compruebe la limpieza del proceso electoral. El emisario fue nada menos que Eugenio Figueredo, un ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol con un prontuario similar al de su colega peruano. Es decir, todo estaba listo para consolidar el fraude...y nadie se dio cuenta ni pudo advertir sobre el plan de Burga y sus directivos.

Con la elección consumada, no había mucho tiempo para reacciones, porque se tenía a la vuelta de la esquina los partidos con Paraguay en Lima y Chile en Santiago. Algunos hablaron de una tregua (¿acaso estamos en guerra?) a la flamante y tristemente conocida directiva de la FPF. Está de más hablar de los resultados, que dejaron preocupados a muchos... y tal vez también a un Burga que estuvo de vacaciones en Estados Unidos por esas fechas.

Al parecer, a él y su directiva no les causa la más mínima molestia las críticas, lo único que les importa es no salir de un cargo que durante muchos años les ha dado dinero, viajes en primera clase con viáticos pagados a todas las actividades de la FIFA – esté presente o no el Perú – y un status que no lograron conseguir en sus respectivas carreras profesionales.

Incluso se jactan de ser autónomos y no depender del Estado Peruano, que en este momento, se ha convertido en la piedra en el zapato de Burga. Sin embargo, ¿opinaban lo mismo cuando se tuvo que realizar la Copa América en el 2004 y el Mundial Sub – 17 en nuestro país? ¿Con qué dinero se remodelaron los estadios y la infraestructura deportiva para ambos torneos? ¿No recibieron acaso el apoyo del Estado para quedar bien como organización ante la FIFA?

Es cierto que las federaciones de fútbol no tienen que regirse a las leyes de los países porque pertenecen a la FIFA. Mas en el caso de la FPF, ésta debe regirse a la legislación del IPD, ente que depende del Estado. Por eso, la pelea por expectorar a Burga y compañía ha de ser muy inteligente, ya que si los fiscalizadores del gobierno cometen algún error o abuso en el camino, se corre el riesgo de que nuestro país sea separado de la FIFA, y en consecuencia, el Perú y los jugadores peruanos no podrán jugar campeonato alguno de esta organización que, en la actualidad, cuenta con mayor número de asociados en el mundo (207 nacionales afiliadas, seguida de la ONU, con 192).

La misión es ardua, pero existen argumentos para desactivar esta mafia, empezando por los congresistas Silva y Mallqui, quienes de ninguna manera deberían estar involucrados en el fútbol, ya que según la Constitución Política “el mandato del congresista es incompatible con el ejercicio de cualquier otra función pública, excepto la de Ministro de Estado”.

La lucha por cambiarle el rostro al fútbol nacional recién empieza, o al menos eso parece. A menos que sólo sea un espectáculo mediático del gobierno para evadir temas de mayor relevancia. El tiempo dirá si la efervescencia de la reelección traerá resultados positivos o no. Mientras tanto, en la cancha, nos espera un rival igual o más duro: el penta campeón Brasil, que viene de golear 5- 0 a Ecuador.

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