domingo, 2 de marzo de 2008

Editorial

EDITORIAL










Colocar un spot en televisión en el cual se nos inculpa de sabotear el turismo y calificándonos de extremistas, habla muy mal del criterio que tiene el presidente Alan García para gobernar nuestro país. Al parecer para él los turistas y su dinero están por encima del descontento popular y los reclamos que le hacen sus conciudadanos.

El gobierno de turno ha adquirido la mala costumbre de decretar leyes y normas sin consultar antes a quienes afectan directamente, de lo cual se deduce que de existir un sistema que canaliza la voz y el voto del pueblo con respecto a las decisiones del Estado, aquél no es alentado por éste; lo que determina a su vez un país nada democrático.

En el caso específico de lo sucedido en el Cusco a raíz de la promulgación de la Ley 29164(Ley de Promoción del Desarrollo Sostenible de Servicios Turísticos en los Bienes Inmuebles Integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación), no pudieron haber sido otras la reacciones. Uno marcha pacíficamente cuando existe un reclamo desconocido para el gobierno y se desea se difunda para que se tomen medidas al respecto . Pero ¿qué sucede cuando nuestros derechos ya han sido pisoteados al proclamar una norma que afecta los intereses nacionales y nuestra identidad? Obviamente el hecho nos parece desconcertante, ya que lo que menos se espera es que el Estado adopte medidas que van en contra de la misma población.

Por eso tomar el aeropuerto del Cusco y cerrar Machu Picchu fue la manera más lógica(por ser un departamento eminentemente turístico) de ejercer presión no para que el gobierno escuche su voz, sino para que se retracte de un mal paso dado.

Lo que demuestra lo que digo es que en dos ocasiones, en menos de un mes, el gobierno ha metido la pata, se ha cerrado en su posición, vociferando y ofendiendo a sus opositores, para finalmente retractarse sin las esperadas disculpas de por medio.

Recordemos que luego de que el Ministro de Educación José Antonio Chang apoyara el decreto 004 que utilizaba el criterio del tercio superior para que un profesor acceda a su contratación en una institución educativa, debido a la presión de algunos medios, analistas y lideres de opinión, no tuvo otra que retroceder en este afán y permitir que todos los profesores titulados tengan la misma oportunidad por medio de un concurso, para ser contratados.

Lo mismo sucedió con la Ley 29164, que permite la inversión privada en zonas contiguas a sitios históricos en la modalidad de concesión de servicios. Carlos Bruce modificó la norma de tal modo que ya no es ni la sombra de lo que fue, porque una cosa es exigir que todos se ciñan sin excepción a una ley y todo lo contrario que se tome o deje según el parecer de cada región. Porque de no haberse hecho estos cambios en la ley, se atentaría contra el patrimonio cultural y sería una norma antipatriótica y procomercialista.




G. P.

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