martes, 29 de abril de 2008

Las cosas que no pasan

LIMA CUADRADA








Por Martín Barrera Tello
Comentarios:
marbarrera@gmail.com








El asesinato de Wilson Mesías Ugarte, (a) “Pedrito”, y su enamorada Marjorie Salas, la madrugada del 16 de marzo del presente año, demostró que el accionar de la delincuencia limeña cada vez es más peligroso. El tiroteo que acabó con la vida del joven cabecilla de una pandilla del Callao y su quinceañera acompañante, no debería quedarse en el archivo –ni en el olvido – de las páginas policiales, sino que debe servir para que nuestras autoridades (empezando por Luis Alva Castro) dediquen mayor atención a la seguridad ciudadana. Que en Lima, por ejemplo, se produzcan tantos robos, secuestros y asesinatos a diario no es una casualidad, sino la respuesta o excusa de cierta gente a un Estado que le da la espalda.

En el resto del país, la situación no cambia mucho. Según cifras de la Policía Nacional, en el Perú existen dos mil pandillas, de las cuales 350 operan en Lima. El total de personas que dedican su vida a estos actos ilícitos es de 40 mil aproximadamente. En la capital, las principales pandillas se encuentran en San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Carabayllo, San Martín de Porres y el Callao.

Lo que hace veinte años era una pugna mal justificada por la supremacía de un equipo de fútbol en barrios periféricos, hoy se ha convertido en el imperio de la calle que controla tráfico de drogas, extorsiones y hasta sicarios. Una historia similar a los comienzos del terrorismo: indiferencia por parte del Estado ante grupos que roban dinero y vidas a vista y paciencia de todos. ¿Qué es lo que esperan nuestras autoridades para reconocer que el problema de la delincuencia debería estar en los primeros renglones de su agenda de trabajo? ¿Los peruanos merecemos vivir con la amenaza de ser potenciales víctimas de estos grupos que hace tiempo dejaron de ser desorganizados? ¿Acaso Lima solamente merece seguridad cuando nos visiten delegaciones extranjeras en mayo y noviembre?

Con la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) a la vuelta de la esquina, nuestras autoridades se desviven (a última hora) por controlar el tema de la seguridad. Lima estará resguardada al milímetro y tal vez sea la oportunidad perfecta para que estas bandas realicen sus actos ilícitos en provincias. No es apología ni mal deseo, sino una posibilidad. El 19 de diciembre de 2003, mientras todo el control policial estaba en el Estadio de la UNSA en Arequipa, el día que Cienciano fue campeón de la Copa Sudamericana, una banda delictiva aprovechó esta circunstancia para robar un banco. Actos similares ocurrieron en otras localidades de esta ciudad y Cusco.

Son ejemplos cronológicamente cercanos que deben servir de referencia para no cometer los mismos errores. Hoy son los “Noles” y “Los malditos de Castilla”, ayer fueron “Los destructores”, “Los injertos”, “La chola Vicky” y otras agrupaciones tristemente célebres que han puesto en peligro la vida de los peruanos. Pero esto parece no importarle a los que pueden cambiar el destino de esta historia: según las encuestas (esas que muchos de los políticos se niegan a aceptar) el 58% cree que la delincuencia e inseguridad son problemas muy graves, 74% estima que la delincuencia ha aumentado en el país, 64% ha sido víctima de un robo, “atraco” o “cuadre” con violencia, y, 39% teme un secuestro.

Como dirían los estudiosos de las matemáticas, los números no mienten. Nuestros gobernantes, en su afán de demostrar a las delegaciones extranjeras una ciudad tranquila, sí mentirán. Y su temor de quedar mal ante los ojos del mundo los ha llevado a decretar feriado los tres días que dure la cumbre ALC-UE (15, 16 y 17 de mayo). Lima, en esas fechas será una ciudad fantasma, con la menor cantidad de gente posible en las calles.
Culpables e inocentes (grupo este mayoritario) de la violencia en nuestra ciudad, seremos testigos de la careta a favor de la “buena imagen del país”. El lunes 18 de mayo, las cuadradas en Lima, seguirán a la orden del día. Tomen sus precauciones.











1 comentario:

Anónimo dijo...

Martín:
Lo felicito por su periódico, independiente, crítico y mordaz.
Prof. Maynor Freyre